martes, 28 de diciembre de 2010

17:28

Ella no lo mira, se limita a esbozar una sonrisa, amarga, distante. Quizá decepcionada, a continuación abre la puerta de un mueble y coloca un cazo en su sitio, así es. Hay instantes en que todo parece posible y todo puede cambiar. En que todo está al alcance de la mano. Fácil y bonito. Pero de repente llega la duda, el miedo a equivocarse y a no haber entendido bien lo que el corazón siente de verdad. Y puf, nada.Otra promesa fallida..

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